Plazuela
Miraba las deshoras
Desde una fría banca de concreto
En el centro de la ciudad
El ir y venir de palomas grises
Que se cagan libremente sobre el asfalto
Aves que ya le perdieron el miedo
A las manos cansinas
Que las alimentan
Aquí no existen las horas
Solo hay una larga y vana espera
Un cúmulo de ideas pueriles
Que adormecen a la tarde
Y a sus habitantes
Todos, con la inútil esperanza
De volver a caminar
Ponerse por fin de pie
Y perderse entre la multitud.
cesarvill
1 comentario:
Desde la parálisis te encuentras observando la monótona vida que se vive delante tuyo. Te pones en movimiento y eres tú parte de esta vida que en ti cambia de color.
.... el jardín siempre marcando la diferencia.... muy bien...
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