domingo, 23 de enero de 2011

EL DESPERTAR DE LOS VAMPIROS



La aparición de personajes míticos o fantásticos en el ámbito de la literatura no es para nada novedosa. La corriente literaria del Romanticismo, por ejemplo, con toda su carga emocional y de rechazo hacia la razón; produjo la ebullición de seres que rompían la lógica y los parámetros establecidos de los cánones literarios tradicionales. Por primera vez en la historia personajes siniestros, tales como vampiros, brujas y fantasmas poblaban el universo literario y proponían una nueva visión del héroe o mejor dicho del antihéroe como personaje principal. Pero ¿qué hace que el común de los lectores sienta una extraña fascinación por este tipo de personajes e historias? ¿Qué impulsa a los jóvenes de hoy a consumir este tipo de literatura? ¿Existe algo más que una simple moda en todo esto?

Los reportes de ventas de fin de año de las principales casas editoriales especializadas en literatura juvenil arrojaron cifras más que satisfactorias para sus intereses (Anuario sobre el libro infantil y juvenil 2010 de la Fundación SM), teniendo en cuenta que mucha de esa literatura estuvo centrada en temática gótica o de terror con títulos como Crepúsculo, Aullidos, Luna Nueva, Eclipse y otros han abierto el camino y si existe algo que no se les puede reprochar a los best seller del mundo de la literatura juvenil, independientemente de quien pueda discutir su calidad literaria o su excesiva inclinación comercial, es que han conseguido enganchar a la lectura a millones de adolescentes.

Definitivamente existe algo que los lectores encuentran atractivo en este tipo de relatos y tal vez sea lo mismo que sentían los lectores de finales del siglo XVIII. Un impulso de escapar de la realidad presente y de comprenderla a través de la evocación de otros contextos. Para Julio Hevia, psicólogo y asesor en comunicaciones, es una vuelta con fuerza al romanticismo que los jóvenes buscan al encontrarse en una sociedad caracterizada por las relaciones impersonales. “Desde su origen, el vampirismo conecta con el movimiento romántico, el amor como correlato de la muerte. En nuestra época, en que el mundo recusa el automatismo, la frialdad de los vínculos y el individualismo, tendría algo de reivindicatorio presentar romances en los que el componente del riesgo sea uno de los matices que le dan a la aventura un plus. El tema vampírico está haciéndose cargo de esta necesidad que tiene la juventud de llevar su experiencia a niveles extremos”. Obviamente el tema comercial en todo esto no se puede dejar de lado y de ello se han dado cuenta quienes se encargan de toda la estructura mediática (autores, críticos, editoriales, etc.), la fórmula es sencilla: fantasía + romance + personajes adolescentes = éxito rotundo.

En conclusión podemos afirmar que existe definitivamente un tema de identificación personal por parte de los jóvenes lectores con este tipo de personajes e historias. En su primer periodo, la literatura gótica surgió como respuesta a las inquietudes de las almas más disconformes con el orden regente, que buscaban poder experimentar sensaciones prohibidas y huir de la rutina diaria. Una parte significativa de la sociedad (los jóvenes) asimila este nuevo género y lo utiliza como una válvula de escape. Aunque lo mas pertinente sea decir que lo que buscan los jóvenes que consumen toda esta onda vampírica es poder fantasear, solo buscan ser un personaje imaginario y tener la impresión de que la juventud puede ser siempre hermosa y eterna.

cesarvill



1 comentario:

Unknown dijo...

He vuelto, después de muchas horas de espanto y turbación he vuelto...