El día de hoy se conocerá por fin la sentencia final al ex presidente Alberto Fujimori Fujimori. La suerte del ex presidente está echada. Los tres miembros de la Sala Penal Especial de la Corte Suprema finalizaron ayer la redacción de la histórica sentencia que le impondrán y que darán a conocer el día de hoy, a partir de las 9 a.m, en la sala de audiencias de la sede de la Diroes. Aún no se sabe su contenido, aunque se sabe que tendrá unas 600 páginas, pero por lo visto y oído a lo largo de 160 audiencias, muchos pronostican que podría ser un fallo condenatorio con una pena de entre 15 y 25 años de prisión. El juez San Martín ya lo dijo: Fujimori es culpable de los cuatro cargos. La sentencia de hoy será estudiada en todo el mundo. Por primera vez, un ex jefe de Estado es juzgado y condenado en su propio país por violaciones a los derechos humanos. Para los peruanos, en realidad, este es un acontecimiento que no puede pasar desapercibido por muchas razones; muchos de los jóvenes que actualmente somos parte de la sociedad civil ya sea como estudiantes, como trabajadores o simplemente como ciudadanos responsables y comprometidos con el desarrollo de nuestro país no podemos caer en la indiferencia. Para nosotros, esta sentencia nos demuestra que nadie está por encima de la ley, ni siquiera el que se dio el lujo de pisotear una Constitución. Ese y no otro debería ser el mensaje. Basta de la cultura de la criollada, del bacalao, de la yuca. Basta de la pendejada hecha gobierno en aras de “la paz”, el “modelo” o cualquier otro concepto políticamente correcto que es solo una excusa para pisotear al prójimo. O todos somos iguales o este país llamado Perú no funciona. Sólo así seremos libres, creo que es un deber como ciudadanos y especialmente como jovenes estudiantes (en mi caso y en el de mis compañeros de estudios como futuros docentes ) que somos estar plenamente informados para poder opinar y debatir, no se trata solo de enfrentarse al otro (simpatizantes del otro bando) porque si, necesitamos refutar nuestras ideas y defender nuestros ideales y nuestras posiciónes.
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